¡Oh! instrumento Sacrosanto
de la Pasión soberana,
que con sabia y alta ciencia
la elegiste, Dios de gracias,
para remedio del hombre
y consuelo de sus ansias.
Concediste igualmente
en apoyo de estas gracias
que apareciera la Cruz
en el feliz Caravaca.
de la Pasión soberana,
que con sabia y alta ciencia
la elegiste, Dios de gracias,
para remedio del hombre
y consuelo de sus ansias.
Concediste igualmente
en apoyo de estas gracias
que apareciera la Cruz
en el feliz Caravaca.
Desde allí a todos los fieles
concede súplicas raras
como sucedió en Sevilla
con una doncella honrada
a quién el Padre Fray Diego,
misionero de gran fama,
enseñó con su gran celo,
para que fuese guardada
de todos los enemigos
que combaten nuestras almas,
un modo de persignarse
según está figurada
esta Santísima Cruz;
Más ella que ya lo usaba,
fue de defendida en un todo
de la acción mas inhumana
contra toda castidad.
Se valió de otro criada
un joven desenfrenado
con oferta depravada
de veinte pesos sencillos
para que proporcionara
una ocasión sigilosa
que pillando descuidada
a esta honesta doncella
marchitase la fragancia
de su casta honestidad.