Oh, poderoso Changó,
dueño de los tambores Batá,
del baile y de la música,
soy tu hijo.
Grandioso y justiciero lanzador de rayos,
acuérdate de que jamás se oyó decir
que ninguno de los que a ti han recurrido,
ninguno de los que han invocado tu protección
e implorado tus auxilios,
haya sido por ti abandonado.
Tu que eres es orisha de la justicia,
y que nos traes la alegría a la vida,
dame tu favor, poderoso padre,
y trae la rectitud para la causa que te pido:
dueño de los tambores Batá,
del baile y de la música,
soy tu hijo.
Grandioso y justiciero lanzador de rayos,
acuérdate de que jamás se oyó decir
que ninguno de los que a ti han recurrido,
ninguno de los que han invocado tu protección
e implorado tus auxilios,
haya sido por ti abandonado.
Tu que eres es orisha de la justicia,
y que nos traes la alegría a la vida,
dame tu favor, poderoso padre,
y trae la rectitud para la causa que te pido: