Tu, que eres grande, infinito,
Tu, que estas lleno de misericordia,
Tú que estas lleno de bondad,
y que jamás abandonas a tus hijos,
escucha hoy la súplica
que te hago desde lo más intimo de mi corazón,
con toda la fe que se encuentra en mi alma,
porque me siento triste, abandonado,
necesitado, desesperado,
con tanta angustia en mi pobre cuerpo
que temo desfallecer.
Temo caer en la tentación,
temo abandonarlo todo
si no encuentro una respuesta,
una ilusión, una solución rápida,
a tantos y tantos problemas
que se acumulan en mi vida, en mis entrañas,
y a los que sin tu ayuda,
no podré dar solución.
no podré dar solución.