que eres dueña de los vientos de la muerte,
y que habitas en el cementerio.
Con tus nueve rayas en el rostro
y tus nueve sayas de colores,
luces tu majestuosa presencia,
haciendo remolinos así en lo alto como en lo bajo,
y con tu risa arrastras con todo lo malo,
llevándote las enfermedades
a donde a nadie le alcancen.
Hoy, te muestro mi respeto,
y el saludo de mi corazón,
allí en el cielo, donde tu moras,
luciendo en tu mano la centella,
y escucho con alegría tu palabra.
Se favorable Madre Santa,
y envía tus buenos vientos
para que no haya penas ni tristeza en mi vida,
que mis pensamientos no se enturbien,
que mi corazón siempre esté contento,
que la desgracia more lejos de mi vida,
que las fuerzas nunca falten para mi.
Dame tu protección, guerrera de los 9 colores,
y aleja las maldades y a los malvados,
para que con tu luz, me proveas de larga vida,
y que tus rayos alumbren mi hogar y a los míos.
Te doy las gracias madre del 9,
en mi nombre y en el de toda la humanidad.
¡Jekua Jey Yansá!
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