Gloriosa Santa María,
Virgen y Madre de Dios,
en esta bendita hora
en esta bendita hora
danos ayuda y protégenos.
Nos diste al Dios Hombre;
y con su vida nos redimió.
El Dios de toda gracia
que te eligió como Madre
dirigió su nacimiento,
y el sol con justicia adornó
la morada que habitó,
en este cruel mundo
en el que tanto sufrió.