Gloriosa Virgen Santísima,
Madre de Jesús nuestro salvador,
María Santísima de la Abundancia,
Reina de los ángeles, del cielo y de la tierra,
envíanos tu protectora mirada
y cúbrenos con tu manto
en los difíciles momentos de la opresión,
cuando tenemos tantas carencias,
tanta angustia, tantas necesidades,
que solo tu, puedes abogar en nuestro favor.
Desde tiempos inmemoriales,
Desde tiempos inmemoriales,
con absoluta confianza en tu materna piedad,
te invocamos con el dulce nombre
de Virgen y Madre de la Abundancia,
suplicándote la fertilidad de los campos,
de nuestros trabajos, de nuestras labores,
para que el fruto de nuestros sudores
fueran cumplidos con generosidad,
y nunca la humanidad fue defraudada,
pues tu siempre has velado por nosotros.
A imitación de nuestros antepasados,
postrados y suplicantes a tus pies
nos encomendamos una vez más a ti,
amada Madre Nuestra María de la Abundancia,
pidiendo tu ayuda y benevolencia
pidiendo tu ayuda y benevolencia
para que nuestros campos,
nuestros esfuerzos, fatigas, sudores y perseverancia,
sean bendecidos con la abundancia de frutos,
con la prosperidad, con el bienestar,
con la bendición de una vida digna,
con nuestros hogares provistos,
con nuestras familias saciadas.
Aleja de nosotros las tempestades devastadoras,
los obstáculos y problemas laborales,
la ruina, la pobreza y la desolación,
de manera que provistos de todo lo necesario
para sobrellevar felizmente la vida temporal,
y alcanzada la estabilidad económica,
podamos dedicarnos con mayor fervor
a la salvación de nuestras almas.
Bendícenos Santa María de la Abundancia,
poniendo tu piadosa mirada en nosotros,
porque solo con eso, seremos provistos
de todo lo indispensable y necesario,
y nuestras carencias serán resueltas,
para de esta manera alabar tu santo nombre,
y venerarte con todo nuestro amor,
por los siglos de los siglos.
Amen.
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