Purísima Virgen de Belén,
de todos los hombres Madre
e hija de Dios Padre, Nuestro Señor,
ayúdanos en este duro camino de la vida,
condúcenos por el camino de la esperanza,
míranos con tu dulce mirada,
cobíjanos bajo tu confortable manto,
líbranos de males y peligros.
Tierna Madre de Jesús
a quien tienes en tus brazos,
enséñanos a adorarlo y a quererlo,
como tu supiste hacerlo,
que sea siempre para nosotros
el árbol fuerte en quien sostenernos.
Bendita Señora de Belén,
esposa de Dios Espíritu Santo,
consíguenos el don de la caridad
para con los demás y con nosotros mismos,
para que seamos constructores de un mundo mejor,
en la justicia, el trabajo y la paz.
confórtanos en nuestros pesares,
no nos dejes sin tu auxilio,
socórrenos en nuestras necesidades
que son muchas y urgentes,
no nos niegues tus favores.
Madre Santísima de Belén,
bendice nuestras vidas,
y consigue que nuestro destino
esté siempre unido a Dios,
bajo tu maternal patrocinio,
a salvo, libres de carencias,
sin abandonos ni necesidades,
para poder glorificarte día a día,
hasta el momento de poder gozar contigo
en la gloria de Dios Nuestro Señor.
Amén.
Rezar tres Padre Nuestro,
tres Avemarías y tres Glorias.
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