Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor, Dios nuestro,
en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¡OH Dios misericordioso,
¡OH Dios misericordioso,
que nos disteis en el Bienaventurado Martín
un modelo perfecto de humildad,
de mortificación y de caridad;
y sin mirar a su condición,
sino a la fidelidad con que os servía,
lo engrandecisteis hasta glorificarlo
en vuestro Divino Reino,
entre los coros de los ángeles.
Miradnos compasivo y hacednos sentir
su intercesión poderosa.
Y tú, beatísimo Martín
que viviste sólo para Dios
y para todos tus semejantes;
tú que tan solícito fuiste siempre
en socorrer a los necesitados,
atiende piadoso
a los que admirando tus virtudes
y reconocido tu poder,
alabamos al Señor que tanto te ensalzó.
Haznos sentir los efectos de tu gran caridad,
rogando por nosotros al Señor,
que tan fielmente premió tus méritos
dándote predilección y favor
para que sigas ayudando a tus devotos
y atendiendo a sus necesidades
que con tanta fe y esperanza
te pedimos los que recurrimos a ti.
Glorioso Martín de Porres,
ruega a Dios por mi,
pues siendo mi intercesor
sin duda mi súplica
ha de ser escuchada.
(Hacer la petición)
Gloria a ti, Martin de Porres,
y agradecimiento por tu ayuda.
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