Tu fuiste, ¡Oh muerte! inmortal,
porque venciste al mundo
solucionando problemas
con un saber muy profundo,
trasmíteme hoy a mi
ese conocimiento fecundo.
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que yo siempre triunfe en el mundo.
Por la pena y la agonía
que tu das al moribundo
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que yo siempre triunfe en el mundo.
Por la pena y la agonía
que tu das al moribundo
en su postrera agonía
al despertarse el mundo.
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que yo siempre triunfe en el mundo.
Por los dolores que das
al despertarse el mundo.
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que yo siempre triunfe en el mundo.
Por los dolores que das
al sentir tu emanación
cuando tus miembros
bien fríos son principio de emoción.
Haz ¡Oh muerte sagrada!
que yo siempre triunfe el mundo.
Haz ¡Oh muerte celestial!
calmado ya mi quebranto
unirme sólo a ese ser
cuando tus miembros
bien fríos son principio de emoción.
Haz ¡Oh muerte sagrada!
que yo siempre triunfe el mundo.
Haz ¡Oh muerte celestial!
calmado ya mi quebranto
unirme sólo a ese ser
a quien amaba yo tanto.
Haz ¡Oh muerte celestial!
que yo siempre triunfe el mundo.
Sea orgulloso y primordial
unirme será un placer
Amén.
que yo siempre triunfe el mundo.
Sea orgulloso y primordial
unirme será un placer
que no arredre ni detenga
más que solo su querer.
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que siempre triunfe el mundo.
Por Nuestro Señor Jesucristo, te pido,
Haz ¡Oh muerte tan sagrada!
que siempre triunfe el mundo.
Por Nuestro Señor Jesucristo, te pido,
que llegada mi hora, seas tú,
el ángel que me conduzca
a tan divina presencia,
pero mientras viva yo en el mundo,
concédeme bendita Señora,
que mis logros sean triunfos,
que venza en mis batallas,
que no haya empresa sin éxito,
que viva con abundancia
y la salud no me falte,
que en mi vida tenga amores,
felicidad y muchos placeres.
Amén.
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