tu que sabes de mis miserias y debilidades,
ten piedad de este hijo tuyo,
que a ti acude a suplicarte.
Se tu Madre mía la aurora luminosa
que disipe mis tinieblas
y que me muestre el verdadero camino de la vida.
Se tu Madre mía la fuente inagotable
donde yo acuda siempre a beber el valor,
la confianza y el amor.
Se tu Madre mía el precioso lazo
que una a todos los hombres
y el símbolo de la paz que tanto ansiamos.
Se tu Madre mía la roca fuerte
a la que pueda asirme en las horas de peligro
quedando sano y salvo de todo mal.
en las horas de angustia y desesperación,
porque estas llena de amor infinito,
y porque Jesús te ha hecho reina
y Madre de toda la humanidad,
a través tuyo El nos muestra su misericordia,
su perdón, y nos concede sus gracias.
(hacer una petición)
¡Oh Santísima María Inmaculada!
sé mi apoyo y refugio,
porque reinas en mi corazón
y en ti espero y confío,
ver tu rostro en la divina gloria,
que gozas por derecho ahora y siempre,
y cuando llegue el momento de mi muerte,
llévame de tu mano ante la presencia
de tu Divino Hijo Jesús.
Amén
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