Hola Jesús; amigo,
hermano y Dios mío.
hermano y Dios mío.
Mi corazón siempre está latiendo
para que yo pueda disfrutar
de lo bonito que es vivir.
Gracias a sus latidos
tengo la fuerza necesaria para moverme,
para hacer deporte,
para caminar, para jugar, para ir en bicicleta,
para llevar a cabo
todo lo que tengo que hacer cada día.
Gracias Jesús por mi corazón.
Quiero usar la fuerza que él me da
todos los días para hacer siempre
cosas buenas a mi alrededor.
Dicen que el corazón
es el lugar donde tú vives, Jesús,
y donde vivo yo con mi conciencia,
y donde vivo yo con mi conciencia,
con mis pensamientos,
juntos en mi corazón,
para que me enseñes a ser
una persona con corazón,
una persona humanitaria, solidaria.
No dejes nunca que sea
una persona sin corazón,
que disfrute haciendo sufrir a otros,
o que sea indiferente
a los problemas y necesidades
de los que me rodean.
Ayúdame Jesús a ser una persona
que comparte de corazón,
habla de corazón, escucha de corazón,
ayuda de corazón,
y quiere de corazón.
Así sea
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