!Oh Glorioso San Blas!
¡Oh, alma buena y alumbrada por el Señor!
¡Oh, Santísimo pontífice y mártir,
humilde, temeroso y esforzado de Dios,
que hallaste delicias en la cueva,
obediencia en las fieras,
seguridad en los monstruos,
abundancia en los desiertos
y deleites en la soledad.
Con innumerables milagros a la fe de Jesucristo
a muchos gentiles diste salud y especialmente
al que por tener atravesada
una espina en la garganta, se ahogaba.
Impenetraste del Señor,
NOTA: Se recomienda que esta oración se lleve consigo.
que oirías a todos los que en aquel
o semejante trabajo te invocasen, mira pues,
a los que con fe y devoción te llaman
y pide al que te escogió y esforzó
e hizo tan glorioso en el cielo y en la tierra
que nos libre de estos males
y mucho más de los pecados,
de terremotos y temblores,
para que por ti seamos libres
de las tragedias en la tierra
y de los tormentos eternos.
Amén.
NOTA: Se recomienda que esta oración se lleve consigo.
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