¡Oh santa Ana, de Bersabé de Judea,
bendita fiel y amantísima esposa de San Joaquín,
que por tu bondad, humildad
y estricto cumplimiento
a la ley promulgada por Dios a Moisés
en el Monte Sinaí, fuiste la elegida
en las primicias de tu vejez,
para ser madre de la más pura
y bendita de todas las mujeres,
quien había de ser madre
del Redentor del Mundo.
¡Oh Gloriosísima Santa,
abuela de Jesucristo,
a ti clamo y a ti ruego
para que así como tu súplica
fue atendida por Dios
para satisfacción tuya y de tu Santo Esposo,
intercedas por mí
que también me encuentro rodeado
de deudas y miserias,
agobiado por incertidumbres y tribulación
que me hacen día a día difícil la existencia.
Provéeme amable santa,
Se empieza la oración y se acaba
alcánzame los medios necesarios
para acabar con mis miserias económicas,
rompe con esta ruina que me asola,
mejora mis condiciones de vida,
y permíteme que pueda alcanzar el sosiego,
la calma y la estabilidad financiera.
Acoge mis súplicas, bendita madre,
y dales feliz cumplimiento,
para honor y gloria tuya
y felicidad y sosiego mío.
Se empieza la oración y se acaba
invocando la Santísima Trinidad:
"En el nombre del Padre, del Hijo,
y del Espíritu Santo"
Se repite tres veces la oración.
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