¡Oh Glorioso San Elías del Monte Carmelo!
Grandioso y poderoso Varón
predilecto de Dios Padre Omnipotente:
Guía de los pobres mortales
que nos encontramos sin camino,
desventurados o mal afortunados,
hoy en esta tierra arrodillado ante ti,
te suplico que me ayudes
a echar de mi hogar todos los malos espíritus
que se hayan alojado en él,
creando malestar y desasosiego,
maldición e infortunio,
hayan sido enviados por enemigos,
por hechizos o que naturalmente
se hayan posesionado de él.
Te suplico también San Elías,
que así como has vencido a los enemigos
que han tratado de hacer daño
a tus devotos o protegidos,
así pueda yo vencer a quienes daño,
magias, malas lenguas y malos ojos,
me quieran hacer o enviar.
Présteme tu espada, glorioso San Elías,
Ofrezco prenderte siempre que pueda
para destruir con ella todos los maleficios
que me hayan hecho y que puedan hacerme.
Te suplico, Santo Mío,
Te suplico, Santo Mío,
que no me abandones en la hora del peligro.
Ayúdame en esta hora, en este momento,
para conseguir la tranquilidad en mi hogar,
toma interés por mi mejoramiento
y no dejes que ninguno de mis enemigos
me ataque, me agravie o me haga daño.
Ofrezco prenderte siempre que pueda
velas o lamparitas de aceite puro de oliva,
para aclarar mi hogar.
Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Se reza un Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario