¡Oh inmaculada Virgen del Olvido!
Santísima protectora de los que necesitamos
tu valiosa protección y amparo,
Madre amantísima de Jesús,
Madre de nuestras almas,
así como amparaste la niñez
de tu precioso Hijo, nuestro Salvador,
pasando peligros y extrema pobreza
desde su nacimiento en Belén,
y le colmaste del mejor de los bienes,
de la riqueza de tu inmenso amor,
así ampárame a mí, tu devoto hijo,
con ese riquísimo amor que nos prodigas
cuando la fortuna nos es adversa,
en la caducidad de los Bienes.
¡Oh Virgen bendita del Olvido!
Así como en la persecución de Herodes
amparaste heroicamente a tu tierno infante
del furor de sus armados enemigos,
así mismo ampárame a mí, Madre admirable,
como a los hijos de tu amantísimo corazón
a los que te invocan ante las acechanzas
de los enemigos de nuestras almas,
el Mundo y el Demonio.
Y como en fin, amparaste a Jesús
Y como en fin, amparaste a Jesús
en su trágico e incomprensible desamparo
ante su tormento y sufrimiento ante la Cruz,
dulcificándole así su amargura y agonías
sufridas en el Monte Calvario,
así ampara a mi familia siempre y por siempre.
Amén Jesús.
Rezar Padre Nuestro, Ave María.
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